267323_gd

Disparos del legendario fusil alertan al primer ministro griego Andonis Samarás y a su partido conservador Nueva Democracia.

No me cabe duda que son disparos de aviso de un pueblo que no está dispuesto a pasar por las horcas caudinas de una situación suicida y sin salida. Los responsables de lo que allí pase no será nunca el que empuña un arma que nadie desea, si no de los provocadores que avocan a los pueblos a estas dramáticas situaciones. El escrito que dejó el jubilado farmacéutico griego, Dimitris Cristoulas que se inmoló en la plaza de Sintagma, frente al parlamento griego, adquiere en este momento la trascendencia de una profecía: “…SI UN COMPATRIOTA MÍO COGIERA UN KALASHNICOV, YO LE APOYARÍA”